El poder de la imagen

El poder de la imagen

2 de noviembre de 2021

de Mariela Rebaudo*

La era de las palabras que transmitían ideas dio paso a la de las imágenes que transmiten sentimientos” (Jaime Duran Barba).

La mayor parte del tiempo en la profesión política lo pasamos “comunicando”, transmitiendo y generando emociones, en un ambiente cada vez más hostil, de rechazo o incredulidad. En ese contexto hay solo una oportunidad para brindar una primera buena impresión (imagen).

El modo de vestirnos, el arreglo personal y la desenvoltura en publico forman parte de nuestra imagen en todo momento y lugar. Logran aceptación o generan rechazo y nos permite diferenciarnos o pasar desapercibidos.

La imagen personal es un instrumento, una herramienta, un recurso para acceder al poder y en ella tiene que estar en claro cuál es el “eje de diferenciación” que nos hace únicos y elegibles y nos permite comunicar de manera gestionada a fin de tener cierto control sobre las percepciones ajenas.

Cuatro aspectos, de igual importancia y que deben ser atendidos y gestionados en conjunto, conforman la Imagen:

  • El Físico, que alcanza a la vestimenta, el cuidado y arreglo personal.
  • El Corporal que comprende la presencia, la postura, los gestos y la sonrisa
  • El Interno, que involucra la actitud, el carisma, los conocimientos, y la personalidad
  • Y el Verbal que comprende la características y claridad de la voz, el discurso y la calidad de la oratoria.

Algunos someros ejemplos que podemos dar aquí sobre estos aspectos son:

Palmas Juntas como símbolo de culto, evoca respeto, tranquilidad y paz y transmite la importancia de un punto de vista, de una idea.

Mano en el corazón es un gesto poderoso que demuestra honestidad, confianza y credibilidad.

Y el propósito de la comunicación es mejor percibido si lo trasmitimos vestidos con colores que concuerden con el mensaje que queremos dar:

  • Azul: denota tranquilidad, confianza, sabiduría, lealtad
  • Purpura: sensibilidad, creatividad
  • Gris: Seriedad, contemplación

Los brazos cruzados a la altura del pecho revelan una actitud defensiva, nerviosa y negativa.

Las manos agarradas hacia la espalda denotan frustración, aprensión, ira y apoyarse sobre una superficie demuestra cansancio y aburrimiento.

Recordemos que la imagen personal es la primera impresión a causar. Los gestos, las caras, el vestuario, los movimientos del cuerpo y el estado de ánimo suponen el 93% de la comunicación, solo un 7% del entendimiento deriva del uso de la palabra.

El objetivo en política es persuadir, generar aceptación, fidelizar, movilizar. Y nuestra imagen es la herramienta, el instrumento para lograrlo. Ella debe ser clara, coherente y consistente y mostrarse genuina, con identidad propia.

El ciudadano vota con el corazón. Vota lideres, no vota pares. Y prejuzga por la apariencia.

 

Mariela Rebaudo
Asesora de imagen personal

 

NdR: Suscribite a nuestro canal de Telegram 👉 https://t.me/pgdconsultores y con cada nota recibirás muchos #BonusTrack muy útiles para tu campaña

¿Eres un político pensando en participar de las próximas elecciones y te gustaría tener más información? ponte en contacto con nosotros 👇