Fragmentación, incertidumbre, ansiedad y ¿sorpresas?

Fragmentación, incertidumbre, ansiedad y ¿sorpresas?

22 de febrero de 2023

«En la era post internet las alianzas políticas son inconvenientes a menos que tengan coherencia desde la mirada de los electores menos decididos»

La oferta no ordena la demanda.

No lo hace en ningún mercado transaccional donde rija la libre competencia. Y la política en contexto democrático es un mercado transaccional de libre competencia.

En la elección a gobernador de mi provincia de Río Negro (Argentina), por ejemplo, en el año 2019 el candidato Martín Soria, representaba la oferta electoral del Frente para la Victoria, compuesta por 27 partidos y agrupaciones políticas (Partido Justicialista, Frente Grande, Kolina, Partido Socialista, Movimiento de Apertura Democrática, Nuevo Encuentro, Movimiento Nacional Alfonsinista, Partido Comunista, Partido Solidario, Movimiento Evita, La Cámpora, Unidad Ciudadana, Acción Peronista, Los Irrompibles, Descamisados, Agrupación 17 de Noviembre, Kausa Peronista, Agrupación Fuerza Río Negro, La Favio, Agrupación La Morocha, Partido nacionalista Constitucional UNIR, Agrupación 9D, CPNP, Mujeres Justicialistas, Agrupación naranja, Agrupación 17 de Octubre y Agrupación Lealtad Peronista).

Perdió la elección. Obtuvo apenas el 35% de los votos.

Firma del acta constitutiva del Frente para la Victoria de Río Negro en 2015

La suma de los 27 sellos electorales del FpV no pudo ganarle a JSRN que obtuvo el 52% contando solo con el apoyo de 3 sellos (MPP, Redes y Unidos por Río Negro).

En aquella elección también participó la alianza Cambiemos compuesta por otros 3 sellos partidarios (PRO, UCR y CC-ARI) que obtuvo el 5% y el Frente de Izquierda también compuesto por otros 3 sellos (Izquierda de los trabajadores, Izquierda Socialista y PO) que no llegó al 3%.

En la era post internet las alianzas políticas son inconvenientes a menos que tengan coherencia desde la mirada de los electores menos decididos, afirmaba Jaime Durán Barba en su libro La Política en el siglo XXI (Ed. Debate,  2017).

Fragmentación.

«El problema no es que se te vayan los dirigentes, el problema es que se te fueron los votantes. Los dirigentes solo van detrás de ellos»

En las elecciones de 1983 cuando retornó la democracia en argentina, por ejemplo, la lista de partidos políticos en mi provincia de Río Negro ascendía apenas a 12 (UCR, PJ, PPR, MID, PDP, PDC, UCD, PI, PC, MAS, PO y FIP). Hoy existen 109 partidos políticos.
72 reconocidos por la justicia electoral y otros 37 con reconocimiento en trámite.

Este fenómeno propio de los tiempos posmodernos que vivimos es reconocido por la ciencia política con el nombre de fragmentación política, donde un gran número de partidos pasan a ocupar el lugar que antes ocupaban solo unos pocos dominantes.

Según me cuenta mi nueva amiga Chat GPT de OpenAI (app de Inteligencia Artificial que sumamos al staff de colaboradores de PGD Consultores desde hace varios meses), la fragmentación puede ser causada por diversos factores como la falta de representatividad de los partidos, la falta de confianza en el sistema político, las diferencias ideológicas y culturales, y la dificultad para llegar a acuerdos en temas complejos.

«El problema no es que se te vayan los dirigentes, el problema es que se te fueron los votantes. Los dirigentes solo van detrás de ellos», respondió el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba a la consulta del entonces candidato a senador nacional por el FR, Sergio Massa, en 2017.

La migración ideológica experimentada por el líder del Frente Renovador, que pasó de proponer mano dura con la delincuencia en 2015 a aliarse con la progresista Margarita Stolbizer solo dos años después, generó una perdida de representatividad en sus votantes de centroderecha que huyeron al PRO porque interpretaba mejor sus demandas.

Por otra parte, si comparamos los dichos de mi amiga virtual con el último monitor de opinión pública nacional de Taquion consultores, bajo el título «El año de la desconfianza» descubrió que 9 de cada 10 argentinos desconfían de los políticos: 61,5% cree en la política pero no cree en los políticos y 23,5% ya no cree ni en la política ni en los políticos.

También la alianza entre radicales, macristas y lilitos sufre los efectos de la crisis de representación producto de las diferencias ideológicas y culturales que les dificulta llegar a acuerdos en temas complejos, como afirma mi amiga artificial.

La interna entre «Halcones y Palomas» no es de liderazgos como puede ser la interna del gobernante «Frente de Ninguno», sino conceptual, de formas de enfrentar los problemas. Unos quieren el shock y otros el gradualismo. Unos quieren el diálogo y el consenso y otros la imposición de las mayorías. Unos prefieren la motosierra y otros el bisturí.

Incertidumbre.

Si bien los mercados transaccionales no son perfectos, ninguno, lo que vemos al menos por ahora en el mercado electoral rionegrino, es que la composición de la oferta oligopólica que conforma el «Gran Acuerdo Provincial» alcanzado por JSRN, el PJ y la UCR, no logra ordenar la demanda.

En los últimos estudios acerca del estado del mercado electoral realizados por PGD Consultores en varios ciudades rionegrinas, descubrimos un alto grado de incertidumbre de parte del electorado, manifestado en más de 20% de votantes indecisos hacia la gobernación provincial. Casi el mismo número que manifiestan respecto la elección presidencial.

Números más, números menos, alrededor de 40% nos manifiestan elegir para gobernador a Alberto Weretilneck del oficialista Juntos Somos Río Negro. Seguido por Aníbal Tortoriello del PRO que oscila entre el 16% y 18%.

Los peronistas díscolos del «GAP» se ubican entre 10% y 12% que votarían por Horne y Casas.

Y también entre 10 y 12% son los que se inclinan por otros candidatos, entre los que sobresale el intendente de Campo Grande, Ariel Rivero, representante del Libertarismo de Javier Milei que para presidente ya supera largamente los 20 puntos de intención de voto rionegrino.

Se estaría confirmando la veracidad de la afirmación de Jaime Durán Barba, que «en la era post internet las alianzas políticas son inconvenientes a menos que tengan coherencia desde la mirada de los electores menos decididos».

Este estado de incertidumbre choca contra otros estados emocionales que también sufrimos los argentinos producto de la crisis económica y social en la que vivimos, tales como el de ansiedad reportado en el último estudio del Observatorio de Psicología Social de la UBA, dando lugar a la aparición de innumerables ofertas electorales municipales autogeneradas por los propios electores.

Ansiedad.

A la falta de representatividad y desconfianza de la oferta nacional tradicional. La demanda la resuelve vía el outsider rebelde, Javier Milei.

A la inconveniencia ideológica hacia la oferta oligopólica del GAP rionegrino. Los electores parecieran resolverla con los nuevos espacios políticos como el libertario Primero Río Negro, el progresismo sindical de Unidad Popular, e incluso con el voto en blanco o el abstencionismo.

La forma en que el GAP resolvió muchas de las ofertas electorales municipales, motiva que los electores mas insatisfechos con los resultados de la gestión del intendente de turno se estén autoconvocando en nuevas expresiones políticas como la libertaria de Milei o en nuevos partidos vecinales.

La ansiedad de cierta prensa, alguna interesada en mantener su status quo, y otra ignorante de los procesos sociales en ciernes, los lleva a interpretar de manera errónea o engañosa el escenario electoral.

Por ejemplo esa que afirma que «por primera vez en la historia la elección en Río Negro está definida».

Primero porque su referencia histórica es falaz. Quien escribe estas líneas a esta misma altura del año 2019 (2 meses antes de la elección a gobernador) ya había pronosticado públicamente en los medios la victoria de JSRN a nivel provincial y también varios meses antes de las municipales la resolución de la mayoría de las intendencias.

Segundo porque visualizar el triunfo de Alberto Weretilneck no alcanza para afirmar la definición de la misma, dado el grado de complejidad que representan las listas múltiples y colectoras que seguramente presentarán mucho corte de boleta, haciendo imposible hoy pronosticar con certeza la conformación de la próxima legislatura y las intendencias municipales.

¿Sorpresa?

Es la que se puede llevar, cuando se abran las urnas, más de un distraído o engañado actual.

😉

 

Pablo Gustavo Díaz
Consultor en marketing político