La falacia política de la aritmética transitiva
El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define a la “falacia” como “engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien” y a la palabra “transitivo” como algo “que pasa y se transfiere de uno a otro”.
La matemática a su vez define como “propiedad transitiva” cuando dos valores tienen una relación, y cualquiera de esos dos valores tienen la misma relación con un tercer valor, todos los valores deben tener la misma relación. Ej: Si a≥b, b≥c entonces a≥c.
Una práctica muy común en políticos inexpertos y periodistas desinformados es hacer análisis políticos basados en aritmética lineal; es decir, en base a series de números que obedecen a un patrón o comportamiento que permite predecir cuáles son todos los restantes números de la sucesión.
Así creen que, si el político o la política “a” posee “b” apoyo ciudadano, y dicho político o política tiene un heredero “c”, entonces “c” posee también “b” apoyo ciudadano. Y ahí está el error, porque en clave matemática, la política tiene más que ver con la “teoría del caos” de los sistemas no lineales que con la propiedad transitiva de la aritmética lineal.
Que Javier Milei mida 24 ó 25 puntos porcentuales en las encuestas a presidente de la nación, muy poco tiene que ver con los votos que cosecharon Carlos Eguía, Ariel Rivero o Martín Menem en Neuquén, Río Negro y La Rioja, como candidatos a gobernador de ese espacio libertario, respectivamente.
Los votos no son transferibles de un dirigente a otro perse, porque para que ese fenómeno extraordinario ocurra tienen que suceder otra serie de eventos extraordinarios que lo posibilite.
Un lector rionegrino seguramente refutará mi afirmación en base a su intuición de que en el año 2019 Alberto Weretilneck le transfirió “sus votos” a Arbela Carreras casi sin pérdida de ninguno de ellos. Pues eso se inscribiría dentro del fenómeno extraordinario que mencioné en el párrafo anterior, dado que las condiciones que obraron sobre esa elección fueron únicas e irrepetibles, a saber:
- La campaña electoral de JSRN tuvo, durante 75 de los 90 días que duró, a Alberto Weretilneck como candidato a gobernador y Arabela Carreras Vice. Los actos, los afiches gráficos, los spot audiovisuales, la narrativa, todo el material de campaña hablaba de “Alberto Gobernador” como un hecho factico. Por ende, el elector tomó su decisión en base a esa fórmula.
- 14 días antes de las elecciones a gobernador de Río Negro, la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó la baja de la candidatura de Weretilneck, con lo que se sucedieron dos eventos extraordinarios más:
- No hubo tiempo factico de reemplazar nada de la publicidad de la campaña, con lo que la misma siguió con Weretilneck a la cabeza como si nada hubiera pasado, y
- Se potenció la narrativa de JSRN con la victimización ante el “ataque del centralismo porteño”, reforzando el sentimiento federalista del elector rionegrino frente a los otros dos candidatos (Martín Soria del PJ y Lorena Matzen de la UCR) que representaban ese centralismo porteño.
- El punto c) anterior conformó el llamado “efecto mariposa” de la teoría del caos, con lo cual es contra factico afirmar que el Alberto Weretilneck hubiera contado con 52,64% de votos que computó el escrutinio final. Por ejemplo, en encuesta realizada por nuestra PGD Consultores algunos días antes de la sentencia judicial le otorgábamos el 51% de intención de voto, con lo que entendemos que el resultado final se incrementó debido a las causas explicadas.
Nada de lo detallado precedentemente ha sucedido antes, ni por asomo sucede hoy en ningún distrito argentino. Además hay otros condicionantes que la hacen aún más diferente; a saber:
- Milei es candidato a “Presidente” de la Nación, con lo que su elección se realizará el 13 de agosto, el 22 de octubre y, eventualmente el 19 de noviembre. Río Negro y Neuquén eligieron “Gobernador” el 16 de abril. La Rioja el 7 de mayo. No solo las fechas de elecciones son diferentes sino también el cargo en disputa.
- En ninguna de esas provincias estuvo ni el nombre, ni la cara de Milei en las boletas. Mucho menos el propio Milei recorriendo las calles y los estudios de radio y TV de sus ciudades. Por ejemplo, a Río Negro estuvo solo algunas pocas horas a la ciudad de Bariloche y se limitó a dar una conferencia de prensa a un centenar de adeptos presentes. No fueron más de 100 ó 150 personas las que pudieron verlo, tocarlo o escuchar su voz personalmente. Nada más alejado de lo que se hace en una verdadera campaña electoral.
- Las problemáticas por las cuales un elector decide apoyar o rechazar a un candidato a presidente, nada tienen que ver con las problemáticas por las cuales decide hacerlo por un gobernador o intendente. Hoy la elección nacional tiene dos claros factores (inflación y empobrecimiento de la clase media) que influyen en términos significativos sobre esa decisión de voto. Mientras que en las elecciones provinciales influyen otros factores muy diferentes con raíces en sus propias culturas o realidades de pago chico.
- El sentimiento de “bronca” que canaliza Milei contra “la casta” a nivel nacional no logra ser representado a nivel provincial por exponentes de la propia casta que lo representan a él en esas provincias, produciéndose ahí un oxímoron o contradicción. Como enseñó Plutarco “la mujer del César no solo debe serlo, sino parecerlo”, condición que no se dieron en las elecciones provinciales celebradas.
Dicho eso, que reafirmo taxativamente, «los votos no son traspasables», no tengo dudas que otro muy distinto podría haber sido el resultado en las provincias sin las elecciones se hubiesen efectuado en igual fecha con las nacionales y los candidatos de los diferentes espacios hubieran estado enganchados a la lista presidencial de sus respectivos referentes nacionales. Allí el efecto «arrastre» de la intención de voto de Milei a nivel nacional hubiera elevado significativamente el caudal de sus candidatos a gobernador.
En reciente entrevista realizada con una radio de la ciudad de La Plata, lo explico en el siguiente audio respecto a la consulta del periodista sobre las chances reelectorales de Axel Kicillof:
No es fácil encontrar un consultor político profesional que sustente las afirmaciones descalificantes contra Milei que muchos comunicadores hoy están esbozando al referirse a los votos obtenidos por los candidatos a gobernadores de ese espacio. Y esto es así porque en la consultoría política se impone un consenso mayoritario acerca de que cada elección es única y diferente, y esto no solo es así dentro de una misma jurisdicción, sino además obra mucho más claramente entre las diferentes jurisdicciones.
Esto pudo verse muy claramente en la última elección de la ciudad de Neuquén, realizadas incluso en la misma fecha y acto concomitante, donde un mismo elector votó a Mariano Gaido del partido MPN para intendente, y a Rolando Figueroa de la alianza Comunidad para gobernador. Y las encuestas muestran que muchos de esos votantes votarían por candidatos del Frente de Todos o Juntos por el Cambio a presidente.
No son los partidos ni sus líderes los dueños de los votos que los traspasan, prestan, alquilan, entre si y a quienes quieran. Son los electores los dueños de sus propias decisiones y votan a quien quieran y por las razones que se les antoje.
No obstante, estas razones científica y empíricamente demostradas por la academia y la industria de la consultoría política, muchos comunicadores persisten en sus análisis acerca de “el bajo caudal de voto de Milei en las provincias”. Y la única razón que yo encuentro para explicarlo es la primera palabra que definí en esta nota, falacia: “engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a alguien”.
En los medios de comunicación actual existen varios “ECOsistemas de voces partidarias con motivaciones mas parecidas a las de operaciones políticas que a las de técnica informativa. La estrategia comunicacional pareciera estar orientada a dañar la imagen de Milei.
Y esto que digo no pretende ser una descalificación del hecho sino es solo una descripción del mismo. En lo particular creo que cada uno es dueño de hacer de su profesión lo que más le guste y de hecho conozco muchos a los que les va muy bien económicamente haciéndolo. Pero debieran tener un poco más de cuidado a la hora de exponer argumentaciones porque las que están usando hoy para descalificar a Milei bien servirían también para descalificar a los propios que sustentan sus estándares de vida.
Por ejemplo, tomemos el caso de la elección provincial de Río Negro donde el espacio UNE representante de La Campora Kirchnerista salió 3ro con el 11% de votos:
¿En base a ese dato sería correcto afirmar que Cristina Fernández de Kirchner tiene también 11% de votos para presidenta?
O tomemos los datos de la elección de Neuquén donde el Frente de Todos también salió 3ro con el 13% de los votos para gobernador:
¿Sería correcto afirmar que el Frente de Todos también está tercero en la elección nacional y tiene menos del 13% de votos para presidente?
Claro que no ¿verdad?
¿Entonces por qué se da por válido que los votos obtenidos por Eguía, Rivero o Menem en Neuquén, Río Negro y La Rioja, respectivamente, marcan la tendencia de los que obtendría Milei a nivel nacional para presidente?
El Hidalgo Quijote (o mejor dicho, el Cantar del Mío Cid) responderían así a esa pregunta: “Cosas veredes, amigo Sancho, que faran fablar las piedras”
Pablo Gustavo Díaz
Consultor en marketing político