La guerra en Ucrania y la opinión pública ¿qué dice la gente?

La guerra en Ucrania y la opinión pública ¿qué dice la gente?

3 de marzo de 2022

… de Jennifer Pérez Olivera

“Toda la propaganda de guerra, todos los gritos, las mentiras y el odio, proceden invariablemente de la gente que no combate.”
George Orwell

La guerra en Ucrania ha tomado por sorpresa a la mayoría. La opinión pública internacional se alza indignada frente a la ocurrencia rusa de tomar un territorio soberano, generando en el mundo niveles de tensión comparables al período de la Guerra Fría y provocando pánico en los mercados financieros.

Pero a pesar del carácter repentino que se percibe en los medios de comunicación, lo cierto es que el conflicto entre ambos países viene de larga data.

Como escribí en una nota reciente, el panorama es complejo, especialmente para nosotros los latinoamericanos que nos sentimos un poco ajenos a las revoluciones históricas en torno a los zares, las monarquías, y las múltiples guerras sangrientas que han azotado a dicha parte del mundo.

La guerra que hoy nos escandaliza, tiene un origen tan antiguo, que la mayoría de nosotros aún no había nacido, haciendo aún más difícil el poder racionalizar el acto de la guerra como un medio para resolver problemas de la política, sin embargo, como bien explicaba Carl von Clausewitz, “la guerra es la continuación de la política por otros medios” y su también célebre frase, “los conflictos se resuelven por conceso o por violencia”. Es penoso de asimilar, pero la historia de la humanidad está repleta de escenarios violentos donde las partes, incapaces de escucharse y hacerse entender, han llegado a la conclusión, de que la violencia es el único medio para continuar la política, cuando las negociaciones y la diplomacia fallan.

¿Pero y entonces… que está pasando en Ucrania?

El panorama es complejo, puesto que existen varios motivos que nos conducen hasta donde estamos hoy. Por un lado, la desintegración y descomposición de las URSS ocasionó la pérdida de territorios que Rusia considera propios por derecho. Sobre esta afirmación, la opinión pública internacional la posiciona como uno de los motivos fundamentales por las cuales Vladimir Putin ambiciona Ucrania. Pero existen otros. Para los analistas internacionales, una de las cuestiones más importantes que se estudia, es la integridad de las Naciones, y esto se relaciona directamente con la seguridad. La intención, y aprobación de la opinión pública ucraniana de integrar la Unión Europea y la OTAN significa para Rusia una amenaza directa a su seguridad. Este proceso viene sucediendo desde hace ya varios años.

En el 2014, una crisis política interna en Ucrania resultó en un nuevo líder para dicho país que no está alineado con Rusia, por el contrario, se profesa más inclinado a los intereses de occidente. Esto enojó a Rusia, que venía con el anterior mandatario, estableciendo buenas relaciones de cooperación y mutuo entendimiento.

Desde entonces, Rusia ha acusado a EE.UU. de injerencia en los asuntos de la política doméstica ucraniana y de haberse asegurado de poner en el poder, a un “títere”.

Todo esto, sumado a las tentativas de Ucrania de querer unirse a ambos organismos, generó una situación de estrés en Rusia, que llevó a ambos países a iniciar negociaciones que no llevaron a buen puerto. Pues ninguna de las partes pudo ponerse de acuerdo y lo único que se consiguió fue una escalada en las tensiones, más sanciones, y demandas irreconciliables.

Por otro lado, la anexión de Crimea por parte de Rusia, y el patrocinio del levantamiento de movimientos prorrusos en las provincias fronterizas de Donetsk y Lugansk, fue en su momento, otro pico de tensión de lo que para muchos era un claro anuncio de un conflicto aún mayor en puertas de concretarse.

Pero esto no es todo. Para las potencias militares, como los son EE. UU, Rusia y China, la dinámica amigo/enemigo es funcional a los programas de defensa que nutren la industria militar. La teoría del villano funciona siempre. Y en lo que a la relación bilateral entre Estados Unidos y Rusia se refiere, la dinámica de Guerra Fría continúa en vigor y ha sido beneficiosa para el complejo militar industrial de ambos países, que no han hecho más que producir y desarrollar nuevas tecnologías en torno a la demanda que generan dichos Estados en su rol de héroes peleado contra villanos. Para mantener las fábricas militares abiertas, el gasto de defensa alto y la economía próspera, se precisa de un enemigo que lo justifique. De ahí, la necesidad de endemoniar al enemigo creando propaganda.

Como dice George Orwell, “toda la propaganda de guerra, todos los gritos, las mentiras y el odio, proceden invariablemente de la gente que no combate.”

¿Y qué piensa la gente?

El mundo está enojado. Nadie quiere esta guerra. Salvo aquellos lideres que se alimentan de ella, sea por las razones que sean.

Es sabido que la opinión pública puede ser fácilmente manipulada si se sabe cómo hacerlo. Es lo que llamamos propaganda política. Y como han denunciado ya muchos analistas, periodistas y organismos, la masividad de propaganda destinada a desinformar, confundir e incluso crear fake news alrededor del conflicto con Ucrania ha sido abrumante y nada reciente. Millones de dólares se destinan cada año a difundir la agenda política sobre algún país que se le antoja interesante o de interés para algún líder de turno. Así es la política internacional, y así funciona la información. Hipócrita y cruel.

Napoleón dijo, “la guerra se hace con tres cosas: dinero, dinero y dinero”. ¿Y la información? ¡También! Se crea, desarrolla y difunde, con dinero. Es el amo de todas las cosas. Por ello, en este ir y venir de información y desinformación, quisimos saber que opina la gente sobre lo que ven en las pantallas de sus televisores y teléfonos cada día desde que el conflicto Rusia – Ucrania dominó las noticias que consumimos.

En general, la gente sabe poco o nada sobre lo que realmente está sucediendo en dicha región, o sobre la importancia de la guerra, su influencia y repercusiones para el mundo.

La percepción de la opinión pública se orienta más a una dinámica de amigo/enemigo con villanos y héroes de películas, que a un análisis sincero y objetivo de lo que acontece. El objetivo es dejar de lado nuestras emociones y nuestras ideas preconcebidas. Pero es imposible. Lo emocional, inunda nuestro cerebro racional, cuando, incluso antes de ver o leer una noticia, hemos tomado una decisión sobre lo que estamos a punto de consumir como audiencia.

En la encuesta realizada por la consultora [1], se evidenció dicho panorama. Si bien la muestra no puede tomarse como representativa poblacional y su método es no probabilístico, lo cierto es que en otras encuestas llevadas a cabo por mi en mis redes, y en charlas de café, han arrojado resultados similares o iguales.

Pero en la encuesta que citó, destinada a la población de Neuquén, Río Negro, Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires, arrojó que el 44% de las personas opinan que Rusia está protegiéndose del avance de la OTAN, mientras que el 36% opina que Vladimir Putin es un patán que sueña con dominar a los países que antiguamente formaban parte de la URSS. Otro 63% considera que la OTAN debería apoyar a Ucrania en la guerra contra Rusia, mientras que un 14% piensa que nadie de afuera debe meterse. Por otro lado, el 46% opina que el malo de la película es Rusia, el 6% que es la OTAN, el 3% que es Ucrania y el 45% no tiene una opinión formada al respecto, es decir que, casi la mitad de los encuestados ignoran tanto el tema o les ocasiona tanto desinterés que ni siquiera pueden optar por una opción.

Por otro lado, la mayoría, un 53%, opina que dicho conflicto podría llegar a afectar negativamente a la Argentina, mientras que un 19% tiene la opinión que podría afectar al país de forma positiva y un 28% cree que no nos afectará para nada.

Por otro lado, el 47% de los encuestados considera que el gobierno argentino debe seguir los pasos de la OTAN y condenar la invasión rusa y dar apoyo públicamente a Ucrania. Mientras que el 50% considera que se debe mantener la histórica posición imparcial argentina y no tomar partido por ningún bando.

Además, haciendo futurología, el 40% cree que la acción llevada a cabo por Rusia de iniciar una guerra contra Ucrania animará a China a hacer lo propio en Taiwán. El 50% considera que China no tomará el ejemplo ruso. Mientras que el 10% restante no tiene una opinión formada al respecto.

En el antepenúltimo punto, salvo por el 3% que no tiene una opinión formada, podemos decir que la población argentina encuestada se encuentra dividida respecto a que rol debe tomar el gobierno de Fernández en esta crisis internacional. Sobre todo, si tenemos como dato relevante que el 53% afirmó que la actual guerra afecta negativamente a la Argentina según su opinión.

Entonces, si lo que pienso es acertado, y la gente realmente consume información desde lo emocional y muchas veces sin chequear o intentar despojar sus preconcepciones antes de emitir opinión, ¿Qué resultados creen que encontremos del otro lado del mundo, donde la influencia propagandística no esta dominada por el mundo occidental?

Por algo George Orwell dijo que “las guerras nunca son presentadas como tal guerra, sino como un acto de autodefensa contra un maníaco homicida”.

 

Jennifer P. Olivera
Analista internacional y consultora en comunicación política.
@jpoconsultora – jpo.analisis@gmail.com

 

[1] PGD Consultores llevamos a cabo una encuesta online, de la cual, dichos datos fueron utilizados para realizar está nota. De los participantes de la encuesta, el 30% pertenece a la generación Baby Boomers, 37,5% a la Generación X, el 25% a Millenials, y 7.5% a Centenials.